Como dijo Oscar Wilde "el hombre conoce el precio de todo y el valor de nada"... Yo, por suerte, valoro cada momento que vivo, cada persona que me rodea y cada acto de las mismas. Aunque, quizá también por suerte, desconozco el precio de ello... Y digo que lo desconozco porque no suelo darle demasiada importancia a las consecuencias de involucrarme demasiado en algo o con alguien, simplemente lo disfruto. Puede que sea un poco arriesgado por mi parte pero no importa, eso es vivir. Vivir con miedo a salir dañado... no es vivir.
Y puede que no lo ponga constantemente en las redes sociales, que no lo diga casi nunca, o que no lo demuestre lo suficiente, pero puedo asegurar que valoro muchísimo a mi gente, que ellos son la razón por la que me levanto cada día y que no lo estaré haciendo tan mal cuando me faltan dedos en las dos manos para contar a mis MEJORES amigos, no a los que considero sino a los que lo son. Pues puedo decir sin temor a equivocarme que podría contar con todos y cada uno de ellos siempre que lo necesitara.
Y es que todos tenemos nuestras taras, pero yo he tenido la "suerte" de haber dado con gente poco tarada...
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